Suponen el 12% del total y se encuentran en traspaso o en alquiler
Cerca de 150 locales de hostelería (bares, cafeterías y restaurantes) de Logroño se encuentran actualmente en fase de venta, alquiler o traspaso. Constituyen, según datos de la Asociación de Hostelería de La Rioja vinculada a la Federación de Empresas de La Rioja ( FER), el 12% de los algo más de 1.200 locales existentes en el ámbito de la capital riojana dedicados al sector. En concreto, son 144 establecimientos que o bien ya han cerrado sus puertas a la espera de un nuevo hostelero que asuma las riendas del negocio, o bien permanecen abiertos a la espera igualmente de un nuevo gestor.
Evidentemente, los propios datos indican que no corren buenos tiempos para la hostelería desde que irrumpieran los primeros azotes de la pandemia durante el primer trimestre de 2020, y sus correspondientes restricciones.
Con solo echar un vistazo a una agencia inmobiliaria de Logroño que dedica una sección exclusiva al negocio hostelero, se pueden contabilizar hasta sesenta cafeterías, bares y restaurantes en situación de traspaso, venta, alquiler o alquiler con opción a compra.
Francisco Martínez-Bergés apunta a las restricciones motivadas por el covid-19 como el primero de los detonantes del contexto actual. «A todo ello se ha sumado el continuo crecimiento de los precios energéticos y de las materias primas», señala el presidente de los hosteleros riojanos.«La factura eléctrica se ha llegado a duplicar», matiza. Una situación insostenible para muchos hosteleros que se extiende a lo largo y ancho de la capital riojana.
Cafeterías como Doñana, junto al parque de El Carmen, el Tucán en el barrio de Cascajos o el Vaivén en Madre de Dios permanecen actualmente cerrados en diferentes localizaciones de Logroño.
A todos ellos se suma el bar Mercedes, también en Cascajos, que cierra sus puertas esta semana. En este caso, Alfredo, gerente del establecimiento, señala que deja «la hostelería del día a día» para sumergirse en el negocio de los eventos y del catering. En cualquier caso, la realidad manda y por unos motivos u otros, la hostelería logroñesa pierde fuelle en los últimos años.
Por debajo de 2019. Todo ello en la capital. Por su parte, el sector hostelero riojano en su conjunto camina por los mismos derroteros. El último Anuario de Hostelería, presentado el pasado lunes por Hostelería de España, sitúa el volumen de negocio del sector de la Comunidad al cierre de 2021 un 14,8% por debajo de 2019, es decir, por debajo de las cifras prepandemia. De hecho, La Rioja es, según el propio Anuario que alude en su estudio a datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), la región española que menos volumen de negocio ha recuperado desde el inicio de las restricciones.
El mismo informe apunta que son solo seis las comunidades que al cierre del pasado ejercicio reflejaban aún un saldo negativo en comparación con el año 2019 (La Rioja, Cataluña, País Vasco, Madrid, Canarias y Galicia).
Hostelería de España achaca este desigual comportamiento a la mayor o menor «dependencia del turismo extranjero y de interior y al nivel de restricciones al que se vieron sometidas» en cada comunidad autónoma. Otro de los datos que refleja el informe de Hostelería de España es una variación porcentual con saldo negativo del 35% en la facturación de la hostelería riojana entre 2019 y 2021 pasando, en términos absolutos, de 625 millones de euros en 2019, a los 404 millones de 2021. En consonancia con lo anterior, la variación del empleo en el sector de la Comunidad Autónoma también refleja un saldo negativo con una variación entre 2019 y 2021 de -27,5%, pasando, de nuevo en términos absolutos, de 8.100 empleos a los 5.875 del pasado ejercicio. A todo ello se suma el estado de los bolsillos. El gasto medio por riojano, en este caso, en hostelería y alojamientos, ha pasado de 1.321,24 euros de 2019 a los 923,20 euros por persona de 2021. Con todo, el sector se encomienda a un próspero 2023.